A pesar de que la Organización Mundial de la Salud ha presentado evidencias suficientes que demuestran que las emisiones de los vehículos que funcionan a diésel con alto contenido en azufre aumentan el riesgo de cáncer de pulmón e incluso de vejiga, PEMEX se niega a cumplir con la norma 086 que dicta el Centro Mexicano de Derecho Ambiental.
Esta norma obliga a Petróleos Mexicanos a distribuir Diésel de Ultra Bajo Azufre (UBA) en el país, pero la ha ignorado desde 2009. El presidente de la Agencia Internacional de Investigación sobre el Cáncer, organismo dependiente de la OMS, declara que por el impacto adicional al ambiental, en la salud humana, la exposición a las partículas desprendidas de los vehículos diésel en todo el mundo debe reducirse.
Desde el sexenio de Felipe Calderón se ha hecho caso omiso a estas advertencias y a los daños que ya se han causado. La mayoría de los autobuses de transporte y carga que circulan en nuestro país funcionan a diésel con altas concentraciones de azufre. Aunque vamos avanzando en materia de vehículos verdes, aún no es suficiente.
La coordinadora de Política Pública del Centro Mexicano de Derecho Ambiental, Gabriela Niño, afirma que “tanto Pemex como el gobierno federal han incurrido en una grave responsabilidad en términos del pasivo ambiental y de salud que hasta el momento se ha generado luego de cuatro años de incumplimiento de la norma 086. Han ignorado completamente su obligación de atender este problema de salud pública y violentado el artículo 4to. constitucional que los obliga a garantizar el derecho humano a un medio ambiente sano”.
En nuestro país, los estándares de azufre en el combustible diésel es de 500 partes por millón, mientras que en Estados Unidos y Europa es de 10 a 15 partes por millón. Esto marca una gran diferencia en cuanto a la importancia que se le da al cuidado de la salud y medio ambiente en nuestro país.