La capacidad de energía renovable creció a su ritmo más rápido de su historia en 2013, y actualmente produce el 22 por ciento de la electricidad mundial, según revela el último informe de la Agencia Internacional de la Energía (AIE). Sin embargo, el futuro se vislumbra sombrío para la energía verde, y no sólo porque se espera una lentificación, sino porque ésta acabará con las pocas posibilidades que teníamos de frenar el calentamiento global.
La AIE se muestra tan optimista sobre la capacidad colectiva para genera energía renovable, en vistas del ritmo anual alcanzado, y al mismo tiempo tremendamente pesimista, si bien se espera que en 2020energías renovables como la eólica o la solar alcancen el 26 por ciento.
Se esperan menos inversiones
En concreto, los Estados Unidos han avanzado tremendamente en el uso de la energía verde, destaca el informe y, entre los países que forman parte de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE), que los incluye, junto a buena parte de Europa y otros muchos países occidentales desarrollados, también hubo un buen avance, representando el 80 por ciento de la nueva capacidad de potencia instalada durante el periodo.
Entre los países no miembros de la OCDE, las renovables supusieron un 70 por ciento del crecimiento de la nueva capacidad “impulsado por las necesidades de diversificación en muchos países y, en especial, el aumento de preocupaciones sobre la calidad del aire en China” concluye el informe.
A partir de 2020, las previsiones de la AIE apuntan a un derrumbe de las inversiones. Coincidiendo con estudios anteriores, cree que este ritmo será insuficiente para cumplir los objetivos de reducción de gases de efecto invernadero a menos de dos grados centígrados.
El informe concluye que la política y la incertidumbre regulatoria desalentarán las inversiones globales, lo que llevará a una desaceleración de las mismas. Así, puesto que no habrá una rentabilidad predecible, el contexto no será propicio para invertir.