Convertir grúas en arte iluminándolas con LEDs tiene su mérito, sobre todo a juzgar por los bonitos resultados. Las luces de colores crean y recrean un paisaje hermoso, casi mágico, que invita a soñar. Sin embargo, por muy ecológicas que sean las bombillas, con esta iniciativa la contaminación lumínica sigue siendo un problema que, lejos de solucionarse, en cierto modo parece haberse incrementado.
La idea ha sido del diseñador Dean Skira y se revela como toda una demostración de lo que puede llegar a hacerse con imaginación e instalaciones industriales abandonadas que parecen abocadas al olvido y, en fin, a convertirse en espectrales montañas de basura.
Reciclaje artístico
Con un renovado protagonismo, las grúas forman ahora un conjunto artístico que utiliza casi un centenar de luces Philips RBG -se trata de una gama de luces de exterior que permite la elección de numerosos colores- y que ha sido bautizado con el sugerente nombre de “Giant Lighting”. Antes de sufrir este curioso reciclaje, simplemente eran unas torres grúas del astillero croata Uljanik, en Pula.
Al montaje no le falta detalle: las luces se sincronizan con música, iluminando de forma creativa a las ocho grúas, que desde hace años eran una obsesión artística para Skira. “Cada día miraba las grúas que dominaban el horizonte en la bahía de Pula e imaginaba poder hacer algo bello con ellas”, explica.
Cuando, al paso de los años, quedaron caducas y se pretendió cambiar su ubicación, Skira no pudo creer que la suerte se pusiera de su parte y propuso convertirlas en una instalación de arte que resulta sorprendente. Por cierto, su iluminación se desactiva a medianoche para dejar todo el protagonismo al cielo estrellado, sin duda, un punto sustentable a su favor.
Vía: ecologiaverde.com