EFEVERDE.- Tres tecnologías desarrolladas por diferentes equipos mexicanos de investigación permiten obtener, almacenar, calentar y utilizar el agua que empleamos para ducharnos, de una forma más ecológica, económica y eficaz
Además de ahorrar recursos y energía y ser amigas del medioambiente, estas innovaciones tienen algo más en común: todas son “made in México” y han despertado un gran interés internacional.
Hace cinco años, Carlos Gómez Andonaegui, director de una red de centros de salud y deporte en México D.F., comenzó a buscar una solución técnica para reducir el consumo de agua en las duchas que utilizaban a diario miles de personas en sus gimnasios.
Al poco tiempo se asoció con otros ingenieros y emprendedores como él, con quienes puso en marcha en San Francisco, California (EEUU) una empresa para desarrollar una innovadora ducha: Nebia.
Su comercialización se prevé para 2016 y se trata de un sistema que atomiza el agua en millones de pequeñas gotitas cubriendo diez veces más superficie que una ducha convencional. De esta manera entra en contacto con el cuerpo humano mucha mayor cantidad de agua, dejando la piel limpia e hidratada y proporcionando una sensación corporal diferente, de acuerdo a sus desarrolladores.
MILLONES DE GOTITAS MICROSCÓPICAS.
El corazón de este sistema es el cabezal de ducha construido con un polímero de alta densidad de poliuretano termoplástico, donde se alojan las boquillas de atomización, las cuales utilizan la presión y la geometría para controlar la dispersión del líquido.
“Mientras que las boquillas de ducha tradicionales producen un chorro directo de agua con gotas grandes, las boquillas con la tecnología H2MICRO de Nebia (http://home.nebia.com) , generan cien veces más cantidad de gotitas, que se dispersan siguiendo patrones precisos”, según Gómez.
El emprendedor añade que las geometrías de estas boquillas “están diseñadas para liberar gotitas en diferentes tamaños y velocidades”.
Esta ducha incorpora una serie de toberas especiales, que permite a su usuario aumentar la potencia del rociado o espray, consiguiendo una sensación de mayor presión sin el exceso de volumen de agua de una ducha normal, según la compañía.
“La mayor dispersión de gotitas permite calentar un mayor volumen de aire entremezclado con líquido, de forma más rápida, permitiendo que el agua rodee completamente y moje todo el cuerpo, utilizando un 70 por ciento menos”, informa Gómez.
“Al atomizar el agua en millones de gotas y cubrir una mayor superficie total, Nebia también gasta mucha menos energía en calentar el agua y en transferir el calor del agua rociada al medio ambiente, a la persona y al aire que la rodea, en comparación a con una ducha convencional”, informa a Efe la compañía.
TINTA SUPERCONDUCTORA DE CALOR.
Otro equipo de jóvenes investigadores mexicanos ha creado una tinta superconductora de calor que se coloca en la superficie de las tuberías convencionales y que funciona como un calentador solar.
“Si a una tubería expuesta a una temperatura solar de 40 grados centígrados se le aplica la tinta superconductora, el calor aumenta un 70 por ciento y alcanza los 68 grados”, señala Sandra Casillas Bolaños, docente del Instituto Tecnológico de la Laguna (ITL) y directora de este proyecto.
“Esta pintura funciona como un hervidor porque contiene nanopartículas que se activan con la energía solar aumentando la temperatura”, explica la experta del ITL (www.itlalaguna.edu.mx) .
La pintura se compone de nanopartículas magnéticas de titanio, de una sal nanométrica de tungsteno, y de un agregado de cobre ennegrecido, una combinación de compuestos que posibilita atrapar y guardar el calor generado por los rayos del sol.
Casillas Bolaños indica que esta tecnología se ha probado en las tuberías de algunas casas, en las que, tras recorrer cinco metros, el agua alcanzó los 68 grados centígrados al instante, y se comprobó que la pintura capta muy bien el calor aunque el día esté nublado .
Esta tinta también se utilizó en la alberca (depósito artificial de agua) de una Unidad Deportiva de la zona de La Laguna, donde se calentaron dos millones de metros cúbicos de agua, que pasaron de 26 a 37 grados centígrados por medio de este sistema.
Para lograrlo, los investigadores de la ITL colocaron tubos cubiertos con la pintura en la orilla de la alberca techada, a través de los cuales una bomba impulsó el líquido desde las 7 de la mañana hasta que el sol se ocultó. “Así, mientras recorría el camino, el agua se calentaba”, según Casillas Bolaños.
DUCHÁNDOSE CON AGUA DE LLUVIA.
Asimismo, otro grupo de emprendedores ha desarrollado un nuevo sistema de captación de lluvia para ayudar a aliviar la escasez de agua potable y la problemática de las inundaciones pluviales, que sufren algunas zonas de México.
Su empresa Isla Urbana (www.islaurbana.org), ya ha colocado 1.800 instalaciones y captado 150 millones de litros del vital líquido, con esta tecnología que, según estos emprendedores, “ayudará a paliar la escasez hídrica que viven más de 750.000 habitantes del valle de México, que no cuentan con un abasto suficiente de agua y viven con 20 litros por persona al día”.
La instalación del sistema un procedimiento muy sencillo, informa David Vargas, presidente de Isla Urbana, quien explica que “el agua de lluvia se recoge en el techo, desde donde es conducida por tuberías, canaletas y bajantes hasta un primer filtro (llamado de hojas), el cual se encarga de retener los elementos más grandes que se encuentran en el líquido”.
“Desde allí, el agua va a un filtro denominada Tlaloque (el ayudante de ‘Tláloc’, el dios del ciclo del agua, en idioma náhuatl), que se encarga de separar la parte más contaminada durante los primeros 10 minutos de cada aguacero, dado que la propia lluvia arrastra componentes presentes en el cielo y los sedimentos del techo donde cae”, asegura Vargas.
“De esta manera mejoramos la calidad del agua antes de que llegue a la cisterna”, detalla.
Explica Vargas que esta cisterna consta de diversos componentes, como un reductor de turbulencia para evitar que se revuelvan los sedimentos que pudieran acumularse en el fondo y una “pinchada” o boya, flotante, un dispositivo que permite sacar el agua de la parte más alta de la superficie.
“Dependiendo del tipo usuario, es posible integrar un tren de filtración para que el agua pueda consumirse sin riesgos y sea 100 por ciento potable, aunque en su versión estándar, el sistema solo lleva unos filtros que permiten que el líquido sea apto para la ducha o lavar los enseres”, subraya David Vargas. EFEverde