Las comisiones unidas de Energía y Medio Ambiente de la Cámara de Diputados aprobaron ayer el dictamen de la Ley de Transición Energética mexicana.
Aunque no contempla objetivos a largo plazo para las energías renovables y financiamiento para infraestructura de transmisión señalados como puntos importantes por el Fondo Mundial para la Naturaleza (WWF), la Ley tiene elementos clave para apoyar los ambiciosos esfuerzos de mitigación de gases de efecto invernadero (GEI) que México se ha planteado.
La nueva Ley refuerza la meta de 35% de energía limpia en el país para 2024 incluida en la Ley para el Aprovechamiento Sustentable de la Energía y la Transición Energética y aumenta la ambición de alcanzar 60% de energías limpias antes del 2050. También contempla umbrales claros en la definición de energías limpias y la obligación de preparar hojas de ruta de tres años para lograr las metas.
Asimismo establece la creación de un Programa de smart grid (red eléctrica inteligente), crucial para escalar las energías renovables. Otros avances importantes son la disposición de incorporar las externalidades sociales y ambientales en todas las fuentes de energía, que refuerza a la Comisión Nacional para el Uso Eficiente de la Energía, definiendo directrices y programas obligatorios, y crea el Consejo de Transición Energética con la participación del sector privado y la sociedad civil.
“La nueva Ley es una propuesta progresista que apoya el escalamiento de las energías limpias en balance con el crecimiento económico del país y la generación de empleos. Por primera vez se consideran externalidades sociales y ambientales en todas las fuentes de energía. Dependiendo de los lineamientos específicos, esto podría ser un elemento crucial para generar condiciones equitativas para la competencia entre las diferentes fuentes de energía”, comentó Vanessa Pérez-Cirera, Directora de Cambio Climático y Energía de WWF en México”.
Por su parte Samantha Smith, líder de la Iniciativa Mundial del Clima y de Energía de WWF, dijo que “si esta iniciativa asegura pronto su voto en el Senado, podría ser un respiro de aire fresco para las negociaciones climáticas. Este momento es una encrucijada para México en el que el país se debe asegurar de dar señales adecuadas a los inversionistas en energías limpias, que le permitan mantener su liderazgo internacional de una manera competitiva”.
Comunicado de Prensa