Llevar a cabo una reforma energética sostenible se ha demostrado que puede tener consecuencias comerciales, técnicas, económicas y medioambientales positivas a largo plazo. Prueba de ello la encontramos en la primera investigación sobre las medidas de modernización en materia energética llevada a cabo por BASF y su empresa inmobiliaria LUWOGE. Dicho estudio se realizó en el barrio residencial de Brunck, en Ludwigshafen (Alemania) y es muy interesante porque engloba prácticamente todos los aspectos relacionados con la sostenibilidad ambiental y del entorno natural.
A parte de los criterios estrictamente técnicos, como las condiciones de los edificios unos 10 años después de su reforma, el nivel de consumo energético en materia de calefacción o una evaluación ecológica de la gestión de sus residuos, durante la investigación también se quiso verificar el bienestar de los residentes mediante una encuesta directa. Por lo tanto se trata de un estudio pionero en su sectorque tienen en cuenta datos cuantitativos pero también cualitativos.
De entre todas las conclusiones que se pudieron extraer, la más destacable fue que las medidas de eficiencia energética tanto en edificios nuevos como antiguos se rentabilizaron en un breve período de tiempo y tuvieron un impacto financiero muy importante gracias al ahorro en energía para calefacción. Esto no hace otra cosa que reforzar la teoría de que merece la pena invertir en sostenibilidad no solamente para cuidar el medio ambiente y reducir nuestra huella ecológica sino que también supone una decisión inteligente desde el punto de vista económico y de ahorro en la factura energética.
Cabe destacar que la reducción de emisiones de CO2 fue también considerable en todas las muestras del estudio, otro argumento a favor en la lucha contra el cambio climático. Además, el sistema de aislamiento térmico para exterior (SATE), incluyendo Neopor, poliestireno expandido (EPS, por sus siglas en inglés) de BASF que contiene grafito y que ofrece un rendimiento especialmente bueno para el aislamiento. De hecho, la mayoría de los encuestados expresaron una opinión tremendamente positiva sobre el resultado, entre otras cosas porque el material sigue funcionando perfectamente incluso después de más de 10 años de uso.
En conclusión, este estudio a largo plazo demuestra de forma ejemplar el potencial tanto a nivel microeconómico como macroeconómico de la modernización integrada en el sector inmobiliario. En España, como en otros muchos países, es evidente que hay que seguir trabajando en esta dirección. Todavía queda mucho por hacer en materia de eficiencia energética. El futuro pasa por un urbanismo de calidad, por ofrecer el máximo confort en el hogar y ayudar a las familias con la eficiencia a reducir sus gastos y su impacto medioambiental. La reforma energética puede ser muy beneficiosa si la planificación se realiza adecuadamente.